1 dic 2008

Lo que me queda de la Cátedra: de lo tácito a lo explícito

Elaborado por Fátima A. Murillo

Doce cuatrimestres en los que se dedicaba un día a la semana para escuchar, aprender y debatir es la mejor forma de conceptualizar las cátedras abiertas, impartidas todos los jueves, primero a panel abierto y luego a través de una crítica más cerrada en los salones.

Los debates generados en el aula de clase a partir de las ponencias expuestas en el Aula Magna son para mí la esencia de esta materia, puesto que representa el primer encuentro que tiene el estudiante de comunicación con la realidad nacional, donde puede expresar sus ideas, críticas, opiniones y dudas.

No obstante, en muchas ocasiones los panelistas y temas de discusión no lograron llamar la atención de todos los participantes, incluyéndome; sin embargo, me consoló el hecho de que el comunicador debe tener noción de todo y por tanto, no debía discriminar aquellos temas que no tenían que ver con la coyuntura política o que no implicaran la asistencia de un personaje público.

Me queda el sinsabor de que no se hubiesen abordado temas referidos al ejercicio de las Relaciones Públicas, donde hay mucha leña que sacar; aún así en mis cuentas sólo en dos ocasiones durante los doce cuatrimestres, fueron dedicados a dicho tópico.

También me parece importante recalcar que los docentes fueron una parte fundamental de este proceso de aprendizaje, sobre todo se destacan aquellos que de forma dinámica supieron aplicar los temas abordados en los trabajos asignados, que fueron más allá de un ensayo y nos pusieron frente a una cámara, un micrófono y un papel, es en este tipo de actividades que el estudiante aprende más y mejor.

Al igual que en el Aula Magna, muy poco se discutió sobre Relaciones Públicas en los salones de clase.

Esta asignatura contribuyó en términos generales a mi formación profesional, puesto que fue en dichos encuentros donde el criterio y el carácter de comunicadora despertó y se forjó.

Aún queda mucho por aprender y vacíos que llenar, algunos de ellos pudieron ser pulidos en las cátedras, pero los complejos de estudiante y las barreras impuestas por las autoridades de la facultad no me lo permitieron.



Managua, 02 de diciembre de 2008

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